La alergia al polen de artemisa (Artemisia vulgaris) está presente a nivel mundial. La planta se considera una hierba silvestre originaria de Europa, Asia y norte de África. Está muy propagada en Norteamérica, donde se considera una plaga. Crece muy bien en suelos nitrogenados, en especial enmalezados y no cultivados. La época en la que puede provocar alergia es aproximadamente desde finales de primavera a principios de otoño. Los alérgicos a la artemisia pueden presentar problemas con ciertos alimentos, como la miel, el girasol, la camomila, el apio, la zanahoria y especias. También puede provocar reacción al comer ciertas frutas como manzana, melón y sandía. Incluso en pequeñas cantidades, este polen puede provocar reacciones alérgicas graves. Los síntomas más comunes son enrojecimiento y pústulas en la piel, irritación de las vías respiratorias, tos, asma, rinitis y picor y enrojecimiento de ojos. Como prevención se aconseja evitar salir fuera de casa en los momentos de mayor concentración de polen (de junio a octubre, principalmente al amanecer y atardecer, sobre todo cuando haga fuerte viento), instalar filtros antipolen en el aire acondicionado y coche, llevar gafas de sol al salir a la calle, ducharse y cambiarse de ropa al llegar a casa, y no tender en el exterior.
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