Síndrome de inmunodeficiencia felina (SIDA felino)

El Síndrome de inmunodeficiencia felina (SIDA felino) es una enfermedad causada por el Virus de la inmunodeficiencia felina (VIF). El VIF, aunque muy similar al VIH, sólo afecta a gatos, por lo que no hay riesgo de infección para las personas en contacto con gatos positivos a VIF. Este virus ataca al sistema inmunitario, y esto causa un deterioro gradual en la función inmunológica del gato. Una vez infectado, el gato tendrá la enfermedad de por vida. La transmisión del VIF ocurre generalemente a través de la saliva infectada, principalmente por mordeduras. También se transmite de madre a hijo en el embarazo, parto o lactancia. Aún no se ha determinado si se puede transmitir por vía sexual. Los síntomas pueden coincidir con otras enfermedades. En las primeras etapas puede ser asíntomático, aunque finalmente acaba desarrollándose algún síntoma. Entre los más comunes está la pérdida de peso gradual, conjuntivitis, gingivitis, estomatitis y diarreas. La aparición de enfermededes recurrentes también es un síntoma de la presencia del virus. El único tratamiento de esta enfermedad consiste en dar un refuerzo del sistema inmunitario, vacunar frente a otras enfermedades, evitar el estrés y el contacto con otros gatos y otros agentes de riesgo y dar una dieta saludable. Como prevención se recomienda controlar las salidas del gato al exterior, esterilizar y hacer test a los nuevos gatos introducidos en la casa. El diagnóstico del VIF se realiza a través de detección de anticuerpos, cultivo o PCR.

El VIF tiene una distribución a nivel mundial, con una prevalencia variable según la zona y las diferentes poblaciones de gatos. Se estima que aproximadamente un 11%​ de los gatos del mundo están infectados con el virus.